Este año el calendario nos ha tenido el primer tercio del año sin ninguna fiesta, pero una vez que se ha abierto la veda es un no parar.
Durante días las calles se han llenado de pasos, cuando la lluvia lo ha permitido. Días que he aprovechado que mi pareja trabajada…
… para escaparme a mi tierra.
Pasada la Semana Santa algunos convierten el puente en acueducto y así enlazar con otro día ocioso entre semana. Digo otros porque, aunque yo no tengo clase, si tengo que trabajar y que no vuelva a faltar (por favor).
Aunque los leoneses prefieren utilizar ese descanso para distanciarse de las celebraciones típicas.
Pero por si esto fuera poco, la semana que viene nos espera otro descanso que nos aligera la semana.
Y si esto aun sigue sin ser suficiente los salmantinos antes no habrán personado nuestro pagano Lunes de aguas…
Pero no seré yo la que critique tantas oportunidades para hacer lo que nos dé la gana porque nos lo merecemos.
Lo primero es felicitar a todos los leoneses porque mañana es uno de sus días grandes: San Froilán. Como toda fiesta local la ciudad se moviliza en todas las actividades del programa, muchas de ellas previas al día de su patrón.
Si el año pasado no pude vivirlo por motivos personales, en esta ocasión sólo saldremos de León el mismo día 5 de octubre para escaparnos a ver a unos amigos peludos que me vuelven loca.
Y para rematar las fiestas, que no los días festivos, tendremos una visita muy especial este fin de semana
Aunque por motivos personales me he tenido que venir unos días a Salamanca puede que llegue a ver en persona la famosa fiesta de San Froilán. Desde el 27 de septiembre al 9 de octubre León celebra las fiestas en honor a su patrón, pero el domingo previo a San Froilán es cuando se hacen los actos más tradicionales.
LAS CANTAREDAS.
Según la tradición popular, esta fiesta conmemora la victoria cristiana en la Batalla de Clavijo y la liberación del legendario «Tributo de las cien doncellas», que los reyes asturleoneses venían pagando anualmente a los califas musulmanes. La ceremonia se parece a la de entonces: jóvenes ataviadas a la usanza medieval bailan al ritmo marcado por la «sotadera» (mujer mora que debía instruirlas en las costumbres musulmanas, así como convencerlas de su futura felicidad en las tierras del Califato), avanzando desde la Plaza de San Marcelo hasta la Plaza de Regla; detrás la Corporación Municipal, encargada de hacer una ofrenda a la Virgen de Regla, marcha entre maceros de honor.
PENDONES. Un espectacular desfile de enseñas llegadas desde todas las comarcas de León, en este año más de 200 pendones y pendonetas de esta provincia se juntarán en esta exhibición de color y destreza, representando a más de 150 localidades. La llegada de los Pendones a la Plaza Mayor siempre es un espectáculo impresionante, donde los mozos y mozas de los pueblos hacen lo posible por ganar los premios, al ritmo de tambores, dulzainas, y gaitas.
CONCURSO DE CARROS ENGALANADOS. Parejas de vacuno, caballos y burros tirando de los más bellos carros, decorados para la ocasión con colchas, pucheros y aperos de labranza. Rememoramos la antigua tradición de acudir a la Virgen en Romería, todos de gala en el día grande de nuestra fiesta. Y en la Plaza del Grano a ritmos de nuestros mayores y de nuestra música, sabremos quiénes han ganado el concurso este año.
LA CARRERA DEL OBISPO. Cuenta la historia que estando San Froilán una mañana rezando y absorto en sus oraciones, se apareció un enorme lobo hambriento, que vio en el asno que le acompañaba un suculento desayuno. Abalanzándose sobre él, lo mató, y comenzó a devorar al pobre animal, cuando lo encontró el Santo, que con su carácter y templanza, se enfrentó al lobo, el cual quedó paralizado por el miedo, mientras le hablaba de amor y paz.
Así fue como San Froilán, al perder a su asno, consiguió quitarle al lobo el miedo al hombre y al fuego, y lo hizo su fiel servidor, para llevarle por el mundo las alforjas y los enseres de labranza. Desde entonces, el lobo caminó siempre a su lado, arrimado a su pierna derecha.
Y el propio 5 de octubre, día de festivo local, se hace la Romería hasta La Virgen del Camino para tocarle la nariz a San Froilán, literalmente, porque aseguran que da suerte.
Y con este conocimiento adquirido y unas rosquillas propias de este Santo empezamos la fiesta
Nos leemos entre pendones y perdones (avellanas que le daban los mozos a sus novias por haberse ido de fiesta)