No son las elevadas temperaturas después de las goteras en las nubes, tampoco lo indican las setas en forma de terrazas que han crecido en las aceras, ni la necesidad de andar como lagartijas en busca del resquicio de una sombra. El verano is coming porque Estrella Damm lo dice, al igual que el Corte Inglés anuncia la llegada de la primavera.
Ya son muchos años con la responsabilidad de dar el pistoletazo de salida de la mejor época del año. En la que la ropa se acorta, las noches se alargan y las pequeñas cosas son las que importan. Una época que muchos estamos deseando que llegue como agua de mayo, y mira que ha caído, tanto como ver el anuncio de este año.
Casi siempre, algunas veces no han estado del todo a la altura, los spots han sido un acierto mostrando la esencia del Mediterráneo, eligiendo la que sería la banda sonora del verano y animando a hacer quedadas con los colegas entorno a una buena comilona.
Nos leemos viviendo esas pequeñas cosas que hacen especial un verano inolvidable
Con un día más que el año pasado llega otro 18 de mayo y lo que eso me supone. En esa ocasión ya no es cambiar de década, sino adentrarme irremediable más en ella con una cifra que se aleja a mi agrado. Un número insulso que parece no aportar grandes novedades, como sí lo hicieron los 30, que han sido una vida en sí mismos.
200 kms hasta León; una tomadura de pelo y dos trabajos con casi el mismo cometido pero muy diferentes por el manda más (terminado en la mejor opción); nuevos amigos que no disminuyen la añoranza a los de siempre; celebrar con algunos de los nuevos y de los de siempre el día más bonito de sus vidas; un no parar cuando había ocasión a Asturias, Galicia, Murcia,Cabarceno, Lisboa, Barcelona, además de las necesarias escapadas a Salamanca; cumplir nuestro primer aniversario juntos; ver un lobo de cerca; pero además, para mi desgracia, he visto como mi cuerpo ha crecido proporcionalmente a la disminución de mis aficiones…
Lo esperado para una chica de mi edad, o no?
Vale, quizá no me he ganado que cientos de personas me canten «Feliz cumpleaños», como a Amancio Ortega, pero para bien o para mal he de reconocer que ha sido un año completito.
Y por eso añadir la incómoda «Y» a los treinta no me emociona… Ya son muchos años conviviendo conmigo misma para saber que: Playa mejor que montaña. La carne cruda. Lectura sencilla y entretenida como «Maldito Karma» o Albert Espinosa. Colonia de vainilla. Patines antes que bicicleta. Instinto maternal cero. Más golosa que salada. Miedo irracional a los tiburones, profundidades y alturas. PC en vez de Mac. Prefiero un buen thriller que la comedia romántica más taquillera. De perros en vez de gatos. Odio la impotencia por las injusticias o la intolerancia. Vino rosado y agua con gas. Color azul pero en la ropa el negro o gris combinan con todo. Los grupos «The Cranberries» y «Jarabe de Palo» son compatibles con «Adele». Batman superará siempre a Superman y Ironman al Capitán América. Un viaje: Argentina. Una aspiración: vivir de mis ideas. Un deseo: acariciar un lobo. Un sueño: tener una casa con vestidor y jardín. Y mejor números pares y cifras redondas.
Espero que me equivoque y los 30+1 sean un año para recordar y no me quiera quitar ni un sólo día (aunque espero que sí esos kilitos de más).